Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1888-1889 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 5 de diciembre de 1888
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Romero Robledo
Número y páginas del Diario de Sesiones: 5, 72
Tema: Puntos que han de comprender los nuevos proyectos anunciados sobre reformas militares

Yo, con el deseo de que termine pronto un debate que, en mi opinión, no tiene ya objeto, ni ha de dar resultado práctico ninguno, voy a contestar dos palabras al Sr. Romero Robledo.

Su señoría ha hecho un discurso muy agradable, muy entretenido, que hemos escuchado con mucho placer y con la sonrisa en los labios, fundado en tres cosas: en un cueto, en la mala interpretación de un acuerdo, y después en una correspondencia de un periódico.

Cuento: el de los dos perros que no dejaban vivir a aquel inocente vecino, pues cuando ataba al uno, el otro le molestaba? (Risas. -El Sr. Romero Robledo: Y le mordía). Y le mordía; y luego quiere S.S. que yo me lo aplique. Pues yo declaro, Sr. Romero Robledo, que ese cuento para mí no tiene aplicación ninguna, porque ese honrado vecino me parece un inocente de primera clase. (Risas). Pues tonto, si con atar un perro ves que te quedas tranquilo por un lado, ¿por qué no atas a los dos? Todo lo que tienes que hacer es atar a los dos perros. (Risas. -El Sr. Romero Robledo: Es que no poseía más que un collar). ¿Pues tanto cuesta adquirir otro? (Risas). Por eso mismo yo no me puedo aplicar el cuento; porque si yo fuera ese inocente vecino, ya hubiera comprado otro collar, y con comprarlo y ponérselo al otro perro, me hubiera librado de los dos. (Grandes risas). Tendría a los dos atados, porque de la misma manera que ato a uno, ato al otro, y entonces ninguno de los dos me incomoda. (El Sr. Romero Robledo: ¡Si no hay más que un Ministerio de la Guerra, que es el collar!).

Mala interpretación de un acuerdo. Es verdad [72] que el Gobierno acordó retirar el proyecto de ley de las reformas militares para presentar el dictamen modificado. Pero, Sr. Romero Robledo, ¿cómo lo había de retirar, sino reproduciéndolo? Porque si no se reproduce, no se puede retirar. ¿Ve S.S. la contradicción? Si se acordó retirarlo, lo primero que había que hacer era reproducirlo, porque si no, no había proyecto de ley. ¿Ve S.S. cómo a fuerza de listo se pasa? La cosa es clara: al declarar terminada la legislatura, caduca un proyecto, y no había otro remedio que reproducirlo para retirarlo.

El Sr. Romero Robledo ha visto no sé qué cosas y unas veces nos ha hecho amigos del alma al señor Cassola y a mí, diciendo que estamos completamente de acuerdo con las reformas militares, añadiendo, ¡claro está! que si yo pienso en absoluto exactamente igual que el Sr. Cassola, facilitaría mucho la aprobación de aquéllas su vuelta al Ministerio; pero otras veces ha dicho que yo pienso de distinta manera que el Sr. Cassola. ¿En qué quedamos? ¿Estamos o no estamos conformes el Sr. Cassola y yo? Raciocine S.S. en un sentido o en otro, porque después de lo que he hablado, yo no tengo más que decir, y concluyo, para no molestar a la Cámara. [73]



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